jueves, 20 de junio de 2019

Capítulo 9. El líder de los orcos y el templo de los enanos


El grupo renovado y con un plan en mente se dirige por las sinuosas cavernas en dirección al primer templo para exterminarlo, el templo del aire, por el camino encontraron varias trampas que la astuta de Tauriel pudo localizar siendo inefectivas en contra de nuestros héroes, mientras repara su espada Guts utiliza una espada larga que encontró hace tiempo en la barbacana del foso, también se encontraron con bestias bípedas parecidas a avestruces que lanzaban un poderoso ácido de sus bocas, Azgheda reconoció a los seres llamándolos digestores y explicando su único punto fuerte es el ácido, sabiendo esto el grupo elimino sin dificultad a la plaga presente, también nuestros aventureros se enfrentaron a un par de moles sombrías que habían anidado en el sector.
Posteriormente las antorchas de una nueva zona iluminaron a nuestros héroes, y unos trolls los recibieron armados preguntando quienes eran y que hacían en la sección de la puerta de fuego ¿Puerta de fuego? Se preguntaban nuestros héroes, pensando que debían era llegar al templo del aire, nuestros héroes se presentan como cultistas nuevos del templo del agua y mostrando sus insignias logran convencer a los descerebrados trolls.
El grupo pudo saber de parte de los trolls de la amenaza que habían tenido hace días por parte de los digestores y de la pareja de moles sombrías, nuestros héroes informan entonces que la amenaza de los digestores y las moles sombrías fue neutralizada, por lo que los trolls celebran la hazaña, y como agradecimiento les explicaron que los puentes se encuentran en el lado opuesto del templo de cada elemento, esto con el fin de prevenir ataques entre los mismos cultistas del templo obligándoles a actuar en comunión así no quisieran, sin embargo mientras hablaban un olor de azufre y cenizas inundaba el lugar, los gigantescos trolls asustados se inclinaron ante un ser mucho más grande que ellos.
 
El ser enorme venía acompañado de un par de trolls armados con espadones que les doblaban el tamaño, con esta imagen el enorme ser desplegaba unas enormes alas de murciélago y con una voz profunda preguntaba por qué nuevos reclutas del templo del agua pasan por sus dominios, Tauriel con mucho tacto se inclina y menciona que no quería ofender a tan poderosa criatura pero Moolowik necesitaba hablar con Mereclar para poder salir en búsqueda de una carreta con suministros para las fuerzas del templo y es por eso que ellos fueron enviados a tal misión.
Aunque el engaño estaba muy bien preparado, el imponente demonio no se convenció recordando que hace poco unos suministros dirigidos al templo del agua pasaron por ahí, por lo que llamando a todas sus tropas con un enorme grito exclamó: “¡Tontos! ¿Piensan que yo el poderoso D´Gran puede ser engañado por tan burda treta?, será mejor que les recen a sus dioses por una muerte rápida pues no soy conocido por dar clemencia”

Semidemonio/ogro D´Gran

Con una señal, los poderosos trolls atacaron a nuestros héroes, su rápida regeneración hacía difícil derrotar a las bestias, mientras  D´Gran pedía a gritos por alguien llamado Tipesh, el grupo atacó con sus mejores habilidades, Azgheda convertida en oso convocaba poderosos rayos que dañaban a los trolls, mientras Adgamis lanzaba bolas de fuego para eliminar a los odiosos seres, sin embargo el fuego no afectaba a D´Gran, mientras más enemigos llegaban, unos gigantes de las colinas con un glotón terrible de mascota y detrás de ellos un par de hechiceros custodiados por gnolls y combatientes humanos se encontraban lanzando poderosos proyectiles mágicos enfocados en la hechicera del grupo que la dejaron al borde de la muerte, mientras un poderoso Troll diferente a los otros que cargaba una poderosa espada lastimó de gravedad a Tauriel, Guts defendiendo a su compañera se enfrentó por igual al ser.
D´Gran por su lado también tenía poderosos conjuros que hirieron mortalmente a la druida, pero por fortuna Jon y Derrim salvaron la situación, el primero haciendo gala de su maestría en el arco y eliminando al poderoso demonio, mientras Derrim logro curar a Adgamis quien rápidamente despertó y lanzo más bolas de fuego a los trolls eliminándolos al instante, varios guerreros enemigos perdieron la moral e intentaron huir, pero nuevamente las flechas de Jon eliminaron a los enemigos, los gigantes por su lado lanzaban rocas al grupo mientras su mascota se enfrentaba a Azgheda, sin embargo el poder bestial de la druida no era comparable al glotón terrible.
Adgamis por su parte usó un hechizo con Guts con que cambiaron de lugares en la batalla, dejando al Guerrero más cerca de los hechiceros mientras Adgamis curaba a su hermana, Guts con su espada larga logró eliminar a los hechiceros, usando un poder hasta ahora desconocido por todos, pero Guts había practicado la forma de poder devolver los conjuros que buscaran herirlo de regreso a su portador, por lo que  el hechicero semiorco y la hechicera humana cayeron con esta maniobra, por último los gigantes intentaron por todos los medios cambiar la batalla a su favor, pero los dados ya estaban echados y las criaturas fueron eliminadas sin poder vengar a sus camaradas.
Una vez finalizada la batalla Derrim curó las heridas del grupo, mientras Guts recogía la enorme espada del troll blandiéndola como si perteneciera a él todo este tiempo, Jon revisaba los cuerpos caídos, y por su parte Tauriel buscó por los cuartos del lugar, encontrando varias cosas que llamaron la atención,  un par de dinosaurios que se encontraban tras unas rejas, un libro con la información de Lareth como antiguo miembro del templo asesinado por un clérigo hace mucho tiempo pero que fue revivido por orden del sumo sacerdote, el libro también menciona que actualmente Lareth tiene mucha información del templo y puede ser una molestia para los objetivos del culto, por último la pícara no encuentra nada más de interés salvo cuatro cosas importantes, un par de frases encontradas una escrita en una de las habitaciones de los guerreros humanos que profesaba lo siguiente: -El fuego abrasa a mis enemigos- y la otra frase encontrada en un medallón similar a los dados por Moolowik que decía –las olas golpean implacablemente-, la tercera cosa era una colosal puerta de color rojo que tenía un símbolo de una estrella de seis puntas de color amarillo que casualmente no tenía ninguna forma de abrirla y la última cosa fue una halfling quien se encontraba encadenada en un cuarto con olor a Troll.

Descritad la pícara Halfling
La mediana fue liberada por Tauriel y con agradecimiento se presentó como Descritad una pícara que fue capturada por el semidemonio/semiogro D´Gran hace una semana por intentar robarle, pero que ya aprendida la lección se iría a recuperar sus cosas e irse del lugar, sin embargo, Tauriel decidió tener a la mediana como rehén pues su historia de intentar robar a tan poderosa criatura era muy difícil de creer (aunque hay seres en este mundo tan inconscientes que harían lo mencionado de todos modos) Descritad al ser amordazada exigió su liberación y a cambio mencionaría todo lo que sabía.
De parte de Descritad los héroes supieron que ella era la segunda al mando de D´Gran, pero que efectivamente si quería robar al poderoso demonio, sin embargo las cosas no le salieron como esperaba, también mencionó de unos artefactos conocidos como las llaves menores que son las únicas que pueden abrir cada uno de los portones que conducen al atrio exterior, cada llave menor (2 en total por cada templo) se deben mostrar frente al portón correspondiente mientras dicen las palabras que identifican a cada templo, como ella era perteneciente a la puerta del fuego, sabía que las palabras del fuego son “El fuego abrasa a mis enemigos”, con esto en mente Tauriel menciona que ya poseen dos frases, comentando lo visto en las habitaciones.
Con la nueva información los héroes liberaron a Descritad y le ayudaron a buscar sus objetos guardados en un cofre con trampa, sin embargo la labor de Descritad no había terminado ya que sus conocimientos en las minas serían necesarios para continuar por el lugar, sirviendo la mediana a regañadientes como una guía.
Más adelante el grupo fue emboscado por un grupo de orcos, al inicio el grupo quiso pelear, pero al ver que los orcos no eran pertenecientes al templo, decidieron bajar sus armas y hablar con el líder del clan. Todos fueron transportados por las cavernas al lugar del líder, un poderoso orco que se reía mientras alimentaba a una enorme hidra de siete cabezas, con el nuevo encuentro nuestros aventureros decidieron proponer una alianza al orco, quien vio con buen agrado la eliminación de los cultistas, dándoles un poco de alimento a nuestros héroes presentándose como el jefe Murant e indicando los lugares por los cuales moverse para llegar al templo del aire, con quienes han tenido problemas recientemente.   
Murant también mostró un lugar que era según el maldito y que ni los cultistas se atrevían a entrar, mostrando las puertas de la misma, el grupo supo que habían llegado a un templo sagrado perteneciente a la raza de los enanos, el templo del dios Moradin, con muchas ganas de apreciar la majestuosidad del imperio enano todos a excepción de la quejica de Descritad decidieron entrar.


Dentro del lugar Derrim sintió inmediatamente una energía positiva que a diferencia del resto de las minas llenaba de vitalidad a nuestros héroes a medida que continuaban, mientras estuvieron por el templo, el grupo tuvo que sortear innumerables trampas en los que incluían magias, fosos e incluso un poderoso golem del dios enano, pero con tanto sacrificio, la recompensa fue enorme, montones de objetos mágicos y tesoros por doquier colmaban el lugar, con los bolsillos llenos y un nuevo lugar para dormir el grupo se dispone a descansar con una sonrisa en sus labios.



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Epílogo

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