miércoles, 26 de junio de 2019

Capitulo 13. En contra del templo de la tierra


Mientras el cuerpo de Ukemil se incineraba por la lava este gritó con sus últimas fuerzas: “¡Jamás podrán vencernos, ya tenemos de nuestro lado a nuestro campeón que liberará a los príncipes elementales, muy pronto Tharizdun vendrá a salvarnos!” La batalla fue dura pero por fin el grupo pudo destruir por completo el templo del fuego, mientras se curaban y descansaban de la batalla, el grupo discutió sobre los próximos pasos a seguir, todos opinaron sobre que templo debían destruir después y luego de una planificación decidieron ir al portón principal y dirigirse al norte en búsqueda del templo de la tierra esto por dos razones, la primera que con la destrucción del templo del aire y del fuego intuyeron que el templo del agua era ahora el templo más fuerte de los restantes y en segundo lugar, podrían usar todavía el templo del agua como aliados si el templo de la tierra resulta muy fuerte.
Una vez los héroes llegaron al portón principal, vieron como varios sauriones habían tomado los terrenos destruidos, los sauriones tenían armaduras del ojo elemental arcano y en sus pechos tenían pintado un triángulo marrón perteneciente al templo de la tierra, los aventureros desenfundaron las espadas pero los sauriones al ver al grupo lanzaron un ataque fiero en contra de los héroes, pero fueron eliminados sin dar mayores complicaciones.
Los héroes continúan explorando las cavernas de templo de la tierra eliminando las criaturas que se presentan, una manticora, una troglodita femenina quien tenía de guardia elementales de tierra, y más cultistas que no fueron adversarios dignos para los héroes, pero todo eso cambió cuando llegaron al templo de la tierra, una vez se adentraron al lugar, los cánticos pronunciados con palabras que una boca humana le sería muy difícil de formular invaden toda la cueva junto con un olor a arcilla y sangre, mientras un zigurat de tres escalones se elevaba sobre el suelo blando y  varios cultistas encapuchados realizaban un ritual sacrílego trayendo con la muerte de la víctima apostada en la mesa una criatura amorfa con una piel pétrea solo vista en pesadillas, provista de una boca descomunal que al ser vista por nuestros héroes estos desenvainan sus armas y se disponen a atacar.

El inicio de la lucha fue sencilla mientras Adgamis lanza sus conjuros y Jon sus flechas a los cultistas los enemigos golpean los tambores en búsqueda de ayuda, Guts atraviesa el grupo de enemigos y se encara frente a frente con la aberración, pero cuando Azgheda y Tauriel fueron a actuar más enemigos llegaron por la retaguardia, un grupo de sauriones y un mefit de tierra comandados por un saurión de armadura oscura con un triángulo negro tatuado sobre su frente guiado por múltiples ciempiés gigantes quien gritando a los cuatro vientos reclama a los héroes por la intromisión del lugar: “Malditos imbéciles, ¿Cómo se atreven a profanar el templo de la tierra?, yo el poderoso Uskathoth personalmente sacaré la sangre para mis rituales de sus fríos cadáveres”
Inmediatamente un poderoso saurión ataca a Azgheda con una espada que lanzaba esquirlas de piedra mientras la ondeaba con cada ataque, la druida transformada en oso polar logra resistir el ataque enfrentándose al fiero guerrero y los ciempiés que lograban rodear cada parte de su pelaje.
Tauriel se enfrenta al sumo sacerdote pero el fiero saurión lanza una maldición a la asesina, y cuando ella intenta sobreponerse un fuerte hedor proveniente de Uskathoth la deja inconsciente.
Adgamis una vez elimina a los clérigos del ritual ayuda a Azgheda eliminando los ciempiés, mientras Guts termina asesinando a la criatura deforme, Jon aprovecha y lanza varias flechas al sumo sacerdote que son impactados cayendo muerto por las múltiples heridas, por su parte Azgheda devora al guerrero saurión dando por terminada la batalla.
Luego de revisar los cuerpos y el lugar, el grupo descubre tres prisioneros en los que se encontraba una elfa y dos humanos, que muy agradecidos abandonan el grupo, los héroes le entregan parte de las armas de los sauriones al grupo y piden a la elfa que los proteja en el regreso de sus hogares, al final Adgamis lanza un conjuro de desintegrar en la plataforma triangular destruyendo así otro templo más.
Continuando con el camino, el grupo logra eliminar con facilidad a los miembros que cuidaban la puerta del aire compuesto por varios humanos, un ogro de tres brazos descrito en los libros del grimorio de Boccob como Atach, un can trasguero, una quimera formada por partes de león, carnero y la cabeza de un dragón blanco, comandadas por un enano oscuro (Duergar) de nombre Oamarthis quienes en su desesperación piden clemencia a los héroes, pero los aventureros no mostraron clemencia a sus enemigos frente a los horrores que han presenciado en las otras facciones.
Ahora solo queda un templo y nuestros aventureros limpiando la sangre de los enemigos continúan al norte se dirigen a destruir a sus antiguos aliados   

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Epílogo

Guts abrió los ojos, la sonrisa de Tauriel de ver que su amigo se encuentra con vida, mientras se incorpora Kella intentaba rastrear a los...