lunes, 11 de noviembre de 2019

Capítulo 21. Una visión del atrio interior


“¡Mis memorias son un desastre! Luego de tanta tortura, soy solo un despojo de persona, conservo un poco de mis recuerdos, mi nombre, mi misión y poco más. Me encuentro en una pequeña celda, descansando hasta que una mano toca mi brazo, me despierto sobresaltado empuñando mi espada lo mas fuerte para poder dar el primer golpe pensando que habían descubierto mi refugio, sin embargo, todo fue una falsa alarma, Varachan, el elfo que ha estado cuidándome las ultimas semanas ha venido por mi. El hombre se encuentra bastante ansioso pero también un poco triste, me ha ordenado abandonar mi lugar, al parecer ha llegado la hora de reanudar mi misión, destruir este impío lugar.
Mi primera tarea es encontrar un grupo cuyos objetivos se alinean a los míos, Varachan felizmente lo ha encontrado y mientras me regresa mis pertenencias, el elfo me pide encarecidamente terminar lo que inicié. Debo separarme del elfo, pues su tapadera puede ser descubierta y es mejor tener aliados infiltrados en las filas de este maligno lugar, le ruego a mi dios que cuide de mi único amigo en esta región, aunque siento una pesadez en mi corazón en el momento de recitar mi plegaria.
Parto hacia un túnel escabroso, me encuentro solo caminando durante varios minutos, siento bastante calor bajo mis pies, a medida que pasa el tiempo la idea de completar la misión empieza a volverse lejana, ¿Y si no encuentro la forma de destruir el templo? ¡Demonios! No debo pensar en eso, debo continuar y acelerar el paso.”
“No tardo en darme cuenta de señales de una batalla al frente, escucho ruidos y llantos hacia donde me dirijo, mis manos sienten la furia de asestar un golpe y ayudar a los que se encuentren adelante, ¿podrían ser los aliados que necesito y que Varachan me comentó? Al llegar al lugar veo como un elfo escuro cae muerto con unas astillas de madera insertadas en las cuencas de sus ojos, he llegado al lugar, escucho mas ruidos a la distancia, una mujer encapuchada se acerca a mi, pero no me percibe, su atención está mas en un collar que tiene otro cadáver producto de la reciente batalla, mientras me acerco, siento que el mal se ha mermado, pero la joven no me inspira confianza, tal vez estoy en un error, y será mejor continuar por otro lado, posiblemente la joven sea también miembro de las fuerzas de este templo y el ataque solo fue una represalia por alguna rebeldía entre sus tropas. Cauteloso hablo con la joven, pero no me responde, se encuentra mas ocupada en registrar los cadáveres, entre ellos se encuentra mi cuidador Varachan, la joven intenta saquear su cuerpo pero se lo impido, alegando que esa persona merece respeto, sabia que la joven me daba mala espina y estuve a punto de desenvainar mi espada, pero al poco tiempo se acercan mas sobrevivientes, un orco, un hombre, un oso y a lo lejos oigo una voz dulce, alguien que me llama por mi nombre –Bartoz- dice, se trata de una hermosa mujer elfa de cabellos rojos como el fuego, de pronto todo se vuelve negro y un terrible dolor de cabeza me deja paralizado"
Bartoz

“La muerte de los inmundos elfos y de la mujer maniática son un alivio para mi, muy pronto este lugar me pertenecerá y haré honor a todo mi clan, pero no se puede cantar victoria todavía, se escuchan a lo lejos una especie de rugidos y veo a los debiluchos muy asustados, en especial la comadreja quien se dispone a quitarle el medallón que sirve para hablar con las demás tropas enemigas del cadáver de la mujer. La comadreja tuvo una brillante idea, imitando la voz de la mujer hizo retroceder a las tropas, por lo pronto no comeré carne de dragón, debo admitir que la debilucha tiene cerebro, en esas estamos cuando sale un hombre de entre las paredes, el tipo no parece ser parte del templo, es muy caribonito y limpio para el lugar, todos nos recomponemos y nos acercamos, aprovecho para levantar a Adgamis, ¡Ja! Demasiada acción dejo fuera de combate a la flacucha, sin embargo, me preocupa que no pueda salir de esta, a diferencia de los demás, es la única de este grupo que me interesa su bienestar, es la única que se ha portado bien conmigo, los demás pueden irse al infierno.
La pobre flacucha se encuentra triste, acaba de morir su mascota, es una lastima pero quien la manda a traer bichitos a un lugar tan peligroso, de pronto Adgamis dirigió su mirada al tipo que salio de las paredes y se sorprende, lo llama por su nombre, la flacucha conoce al sujeto, el tipo parece también reconocerla, pero ahora es el quien se marea, ¡Bah! Estoy rodeado de puros enclenques, Adgamis habla con el, le dice que es hijo de un viejo poderoso, yo no se, que tanta pendejada hablen, si el tipo caribonito nos sirve, pues que venga con nosotros, si no, que se haga a un lado, bueno, lo importante es que Adgamis lo convence de unirse a nosotros, espero que sea útil y que no se desmaye en medio de la guerra.
La comadreja nos comenta que ha mandado las tropas restantes en una hora a los aposentos de la vieja loca, su plan consiste en prepararles una emboscada y eliminar a los que hacen falta, buen plan viniendo de alguien con el cerebro tan pequeño, y con el nuevo enclenque partimos a los aposentos de la loca esa, no sin antes mover y esconder los cuerpos de los enemigos, incluyendo el cuerpo del elfo degollado, lastima del pobre cariquemado, era uno de los dos elfos que no odio…bueno será mejor continuar”
Rhaegar

“Con la muerte de Varachan, las pistas para eliminar al templo se han visto reducidas, ahora solo pienso que se debe abrir paso a través de los golpes, pero no todo es malo, un paladín conocido de Adgamis se encontraba por acá, nos servirá otra fuerza de ataque, y con Rhaegar ya somos tres, creo que podemos avanzar. Los cadáveres fueron escondidos y Varachan fue puesto en su habitación, Adgamis aprovecha y coloca a su familiar en las manos del elfo, el paladín que se presenta como Bartoz, aunque nos dice que no tiene memoria Adgamis si lo conoce bien, al parecer es hijo de otro miembro del circulo al igual que mi padre, creo que el destino obliga a que nosotros nos conociéramos y con Jon ya seriamos tres que poseemos ese vínculo de hermandad, pronto continuamos a la habitación de Naquent, pero sentimos presencias extrañas, las auras mágicas que se aprecian son evidentes, Adgamis sabe que son, un par de asesinos fantasmales que nos atacan, sus ataques no los puedo esquivar y soy mortalmente herido, mientras agito mi espada al aire, Azgheda hace lo suyo con sus garras, al final todo resulto bien y las criaturas fueron eliminadas, aprovecho para curar mis heridas con todas las pociones que hemos recolectado, ¡Diablos! Nos falta mucho Terjon o Derrim para estos casos, no debí permitir que se fueran, su compromiso con eliminar este lugar debe ser mayor, no entiendo, si yo pude dar espera a mi búsqueda de Tenser ¿como no pueden hacerlo ellos?, bueno ni hablar, continuaremos a los aposentos de Naquent”
“Algo curioso se aprecia en el cuarto del frente, como siempre Tauriel, se vuelve invisible y baja las escaleras que conducen al cuarto a investigar, el tiempo ha pasado y no hay razón de ella, Azgheda también baja pero es poco el tiempo que pasa pues ella nos llama a bajar, en el lugar se ven una multitud de hombres idénticos encerrados en capullos, debe ser un hechizo de clonación como los que hacia mi padre, en los capullos están inscritos el siguiente nombre –Unariq- es el mismo nombre de la lapida en las minas, debió ser un poderoso sacerdote de este templo para tener tantos clones a punto de ser activados, mientras exploramos, vemos en el centro una hermosa gema, tanto la gema, como todo el lugar, posee un aura mágica muy fuerte, la situación ya no se puede tomar a la ligera como antes, pero mientras salimos, Bartoz se detiene y sin pensarlo inserta su espada en uno de los clones, lo que aconteció después fue desconcertante, el clon se transformo en una sucubo que intento asesinar al paladín, llamándolo también por su nombre, vamos que es curioso que  muchos seres sepan quien es Bartoz, menos el mismo, aniquilando a la demonio, continuamos nuestro camino, no sin antes ver un destello de luz que emanó la gema”
Guts

“¡Pero que tonta! Mi codicia me hace cometer locuras, al haber tocado esa gema, aparezco en otro lugar diferente, me encuentro sola y no me puedo respaldar con Guts o mi hermana, espero que mi invisibilidad dure, de lo contrario estoy frita, continuo caminando por un túnel hasta llegar a una puerta secreta, en esas me acuerdo del medallón, Adgamis me estaba hablando desde el que ella tiene, en un dialecto elfico que solo nosotras dos entendemos, no puedo describir la alegría de escuchar la voz de ella, si bien cuando entramos a este templo he sentido el distanciamiento de los demás, en especial de ella, su voz nuevamente me reconforta, no es de mi afecto pero es mi hermana después de todo, le comento mi situación`y me dice que espere por ellos, que me quede quieta, pero ¿como puedes pedirle a una mente curiosa como la mía quedarse a esperar?, decido abrir la puerta y explorar con el resguardo de mi conjuro de invisibilidad, así que avanzo y el paisaje es desolador, veo lo que parece ser el interior de un volcán dormido, con caliza y grietas de lava seca, contrastando con la luz del magma en el suelo, al fondo lo que se ve es una torre alta de color negro, rodeado de muchos tumularios, ¡Dios! sin querer he llegado al atrio interior, ¡Rayos! ¡Debo regresar! ¡Esto es demasiado para mí!, me giro inmediatamente y corro a toda velocidad, pero una fuerza invisible me tumba en seco, ¿Ahora que otra cosa más me va a pasar? No teniendo otra opción continuo hacia la torre que mas parece una aguja negra en el horizonte, al llegar veo un puente colgante de madera y al fondo una puerta de hierro que mágicamente forma un rostro humano y me habla, al parecer conoce todo de mi, y me invita a entrar, por primera vez siento un miedo peor que si fuera a morir. Amablemente declino la oferta de la puerta mágica, pero mi situación empeora cuando mi conjuro de invisibilidad se esfuma y los tumularios advierten mi presencia, no teniendo otra opción saco temblorosa el pergamino de la puerta dimensional y me traslado a la cámara de los clones”
Tauriel

“La sensación de mal que gobierna este cuarto es impresionante, no tiene uno que ser hábil en su detección para darse cuenta, salimos inmediatamente esperando que Tauriel sobreviva hasta que lleguemos, avanzando, nos encontramos con mas guardias de las torres montados en unos aracnofagos, los cuales los atacamos inmediatamente, la adición de Bartoz al grupo fue un completo alivio, quien convocando a su montura vuela por los cielos matando a varios de los jinetes junto con Guts, Adgamis hace lo suyo con sus conjuros y mi hermano elimina a otros con sus flechas, dejándonos las sobras a Rhaegar y a mi, sin embargo hay dos jinetes que me causan curiosidad, son del templo pero son mas hábiles que el resto, le informo a Jon que concentre sus ataques en esos dos y eso hace, acabando con ellos con cierta dificultad, cuando me acerco a sus cuerpos, noto un tatuaje extraño en sus brazos, una cruz de color rojo que nunca había visto, al mostrársela al grupo, nadie le da importancia, aunque Adgamis se ve un poco nerviosa, tal vez sepa algo de eso, pero no es el momento para preguntar, debemos preparar una emboscada”
Azgheda

“Mi hermana no puede dejar sus manos dentro de sus ropas y debe tocar todo lo que sea, la inconsiente ahora toco la gema del cuarto y de repente desapareció, le informo a los demás y juntos discutimos si había algo que hacer para salvar a la tontarrona, luego de mucho meditar, se me ocurrió usar el medallón de Hedrack, estuve un buen tiempo intentando comunicarme con Tauriel, pero la tonta no responde, hasta que por fin, me dice casi sollozando que se encuentra en el atrio interior, ¡Dios!, la imprudencia de Tauriel nos va a matar un día, se los aseguro, le digo que espere mientras matamos a las tropas restantes de Naquent y vamos por ella, espero que capte el mensaje.
Continuando al lugar nos encontramos con mas guardias del templo, los cuales acabamos en el acto, pero un escalofrío recorre mi piel cuando Azgheda revisando los cuerpos nos muestra el tatuaje de la hermandad escarlata en dos de ellos, ¡Rayos! esos sujetos se encuentran es este lugar tan alejado, espero que no se enteren de mi origen real, ni el de mi hermana, o nuestras vidas estarán en un peligro mayor que el que nos enfrentamos actualmente, mejor dejo de pensar en eso, llegamos al cuarto de Naquent y preparamos la emboscada, las tropas que llegaron eran menores de lo que esperábamos, osgos, minotauros y un trío de ogros liderados por el cobarde de látigo, con quien nos encontramos en la puerta del agua. Jon hizo lo suyo matando al bastardo de un solo ataque y los conjuros de Azgheda junto a los míos fueron un excelente combo para aniquilar a los seres, la verdad mientras estemos juntos somos imparables”
Adgamis

“Las batallas han sido solo un letargo de lo que se avecina, pronto acabaremos con todo el maldito lugar, me encuentro eso sí, preocupado por Shadow y con más razón cuando el paladín Bartoz detecta el mal para saber dónde estaba Tauriel, encontrando mal en mi interior, si algo tengo es un odio en contra de este culto quien asesinó a mi verdadero padre y pos su culpa nunca lo logre conocer, mi vínculo con Shadow crece, siento su miedo aunque se encuentra vivo que es lo importante, luego de derrotar a los cultistas mediante la emboscada preparada por Tauriel, les digo a mis compañeros que busquemos a mi caballo, mientras siento como me acerco a él, un sentimiento de frustración de lo que presentía nublaba mi mente, hecho que se confirmó cuando llegamos a las escaleras que conducían al cuarto con la máquina que injertaba las extremidades demoníacas y allí estaba Shadow, con sus ojos botando un fuego azul y sus patas traseras convertidas en las extremidades de un demonio, mi furia se emancipó y solo el consuelo de mi hermana pudo consolarme, diciéndome que ella tenia un hechizo que podría volver a la normalidad a mi amigo, espero que tenga razón y sea así, con Shadow nuevamente a mi lado, nos dirigimos nuevamente al cuarto de los clones para ir por Tauriel.
Al llegar al lugar, un portal se abrió en el techo de la habitación y el el cae Tauriel quien la ayudamos a recomponerse, ella se encuentra totalmente asustada de todo lo que vió en las afueras del atrio interior”
Jon



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Epílogo

Guts abrió los ojos, la sonrisa de Tauriel de ver que su amigo se encuentra con vida, mientras se incorpora Kella intentaba rastrear a los...