Continuando
por las minas el grupo se encuentra con unas vagonetas que usan como transporte
a través de las vías que en antaño fueron usados por los enanos de Stralagos,
sorteando numerosos peligros como un par de thoqquas que escavaban en la zona o
un basilisco que tenía su nido cerca de las minas el grupo prosiguió con buena
fortuna, poco tardaron al encontrarse con un ogro de dos cabezas sumamente
enorme conocido como Ettin, quien acompañado de un monstruo que emanaba una
corrosión al metal emboscó a nuestros héroes volcando la vagoneta en donde se
encontraba el grupo, sin embargo nuestros héroes curtidos en combate eliminaron
al rastrero ser, aunque en el proceso la espada de Guts fue destruida por el
monstruo corrosivo.
Aunque
la última batalla no fue complicada, el grupo ya se encontraba cansado después de
los enfrentamientos con Mereclar y su ejército, así como con las criaturas que
anidaban las minas, por lo que deciden acampar en el sector.
Lamentablemente
el grupo sintió un frío corriendo por la espalda mientras un olor a azufre se
sentía al frente, el olor era conocido por nuestros héroes por lo que todos
concluyeron que se encontraban cerca del nido de un dragón.
Sus
sospechas no eran erróneas, mientras se incorporaban, la presencia de un
poderoso dragón verde se presentó al grupo: “Jóvenes cultistas, ¿han venido a
servirme de alimento?” lo decía el enorme dragón mientras se relamía sus afilados
dientes.
“¡No
somos cultistas! Venimos a acabar de una vez por todas con el templo de la
consunción total” gritó vehemente Azgheda, el dragón se rió, pero también cambió su
actitud frente a los aventureros: “Bien, si es cierto que esa es su misión,
podremos hacer un trato, los dejaré descansar en mis territorios mientras
cumplen con su palabra de acabar con el templo del aire, necesito expandir mis terrenos
y esos molestos cultistas no dejan de tomar terreno que por derecho debería ser
mío”
Pensativos
los aventureros no sabían que decir, por un lado necesitan descansar para poder
enfrentarse al templo del aire, pero el dragón se nota que es maligno y el
terreno pertenece es en realidad al pueblo enano, sin embargo actuar en contra
del dragón en su estado actual es firmar una sentencia de muerte, por lo que
Guts da su palabra que darle el territorio al dragón una vez el grupo aniquile
el templo.
El
dragón plácidamente permite al grupo descansar, mientras se presenta como el
poderoso Vranthis y aunque a los héroes se les permitió descansar fue la peor
noche que el grupo pasó en mucho tiempo.
A
la mañana siguiente los héroes parten en dirección al templo del aire pero
nuevamente alguien inesperado se encuentra con los aventureros, un hombre sapo
de ojos saltones observaba al grupo escondido en un estanque, pero es advertido
por el olfato de Azgheda, el hombre sapo sin más opción sale al encuentro de
los héroes, presentándose como Moolowik de la raza de los Kuo toa y que luego
de ver a los héroes saliendo del nido del dragón sin ninguna herida menciona que
necesita musculo para una misión.

Al
aprobar el plan el kuo toa se escurre en el estanque de donde salió
desapareciendo en el acto, pensando que más extrañas alianzas tendrán en el
futuro, el grupo continuo con su oscuro camino.
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