lunes, 14 de octubre de 2019

Capítulo 20. ¡No en mi guardia!


Con la tensión de ser atrapados y sin reservas en su arsenal, el grupo idea un plan para no ser capturados, en primer lugar gracias la información de Varachan, Adgamis se disfraza con su varita de cambio de aspecto como Satau, el azotamentes oráculo del templo, y posteriormente se teletransportaron al cuarto de Varachan con los palos de refugio, uno de los objetos mágicos que el ex clérigo les dio a nuestros héroes. Su plan consistía en mostrar a los enemigos que tenían al oráculo de ellos como rehén para evitar un derramamiento de sangre, un excelente plan si me lo preguntaban.
Al llegar a la lujosa habitación, nuestros aventureros vieron que el lugar se encontraba desocupado, al rastrear las huellas de Varachan se noto que la captura no aconteció en este lugar, aunque curiosamente dos tipos de huellas se encontraban en el lugar una de ellas de un humano, además Tauriel encontró una puerta secreta que conducía a una curiosa habitación en donde alguien podría haber vivido humildemente, posiblemente el propio Varachan, sin embargo, Rhaegar escucho a las afueras de la habitación y se dio cuenta de los rugidos de Ogros y otros seres cerca, el grupo decide ejecutar su plan, no sin antes Adgamis volver invisible a Tauriel pos si las cosas se llegaban a complicar.
Al salir, el grupo fue abordado inmediatamente con una pequeña incursión compuesta por tres ogros, un par de drows (un hombre y una mujer) siendo liderados por la clériga del templo Naquent quien tenia en su poder al elfo aliado.
El grupo intento hablar con Naquent, pidiendo un intercambio de rehenes, pero lamentablemente el plan fallo, ya que no contaban con los medallones de contacto que varios miembros del templo lo tienen, Naquent informo telepáticamente que los intrusos habían capturado al oráculo, en donde el verdadero Satau comenta que no se encontraba allí, por lo que Naquent furiosa del intento del engaño manda a sus tropas al ataque, e informa a los guardias del atrio exterior dirigirse a la habitación de Varachan.
Con el plan fallido, solo se podía dar paso a la acción, Adgamis lanza el conjuro de desgarrar la tierra con la posibilidad que las tropas quedaran tumbados en el suelo y poder sacar a Varachan del peligro, sin embargo tanto los drow como Naquent no resultaron afectados, Azgheda, Guts y Rhaegar luchan contra los ogros, mientras Tauriel en su forma invisible prepara su ataque mortal en contra de la drow mujer, mientras Jon lanza múltiples flechas sobre Naquent hiriendo considerablemente a la clérigo.
El drow macho, prepara un conjuro de piel pétrea sobre el, dando a conocer que era un poderoso mago, mientras Naquent en su locura y rabia totalmente enceguecida degolló la garganta de Varachan y se prepara al ataque convocando un glotón terrible, la Drow femenina intenta doblegar mentalmente a Guts, pero con sus nuevas habilidades, el guerrero es inmune a sus conjuros, Tauriel aprovecha este momento y golpea con su estoque a la mujer, atravesando su pecho mientras se volvía otra vez visible, las ultimas palabras de la mujer fueron: “¡Te maldigo maldita niña!” Tauriel creía que se refería a ella pero los ojos de la drow se fijaban a Naquent quien con risa burlona miraba a la drow despectivamente.
Mientras caía al suelo la drow susurró “Nos engañaste, dijiste que si luchábamos a tu lado, nos dirías donde se encontraba nuestro hijo Lareth” cayendo al suelo sin vida, Naquent sacó un pergamino y con una risa emitida solo por los seres desprovistos de cordura lanza un conjuro de destrucción sobre Jon, inspirado el arquero logra sobrevivir al ataque aunque con múltiples daños.


Loca de rabia por su fallido ataque Naquent ordena al drow eliminar a los aventureros, pero el hombre más de ayudar a Naquent busco venganza por la muerte de su compañera y lanzando un fuerte rayo relampagueante matando en el acto a todo lo que se cruzara en el camino.
Al paso del rayo mueren Naquent y el ogro que aun quedaba con vida, e hiriendo a Guts, Rhaegar y Adgamis quien con el gran daño de electricidad que sufrió cayo inconsciente, lamentablemente su familiar se encontraba también en la línea de fuego y el daño fue tal que calcinó totalmente a la serpiente muriendo en el acto.
Naquent muriendo producto del rayo relampaguenate

Quedando solo el drow y la bestia convocada, Jon elimina al glotón terrible mientras Azgheda intenta convencer sin éxito al drow que se rindiera, pero el solo quería matar a la asesina de su aliada, Azgheda sin mas opción convoca unas espinas que se las lanza al rostro del mago insertándoselas en los ojos y terminando con su vida.
La lucha terminó con una victoria amarga y con la muerte de un amigo, Rhaegar se acerca a Adgamis y con sus pociones cura a la hechicera, pero mientras eso ocurría, las tropas convocadas por Naquent se acercaban, varios sonidos de aleteos de alas de murciélago se oían acercarse por el norte donde estaban Rhaegar, Jon, Azgheda y una debilitada Adgamis, mientras en la parte sur Guts y Tauriel se estremecieron ante el imponente rugido que no escuchaban desde el asalto al templo del fuego ¡Un dragón!

Epílogo

Guts abrió los ojos, la sonrisa de Tauriel de ver que su amigo se encuentra con vida, mientras se incorpora Kella intentaba rastrear a los...