Capítulo 5. El pueblo fantasma y el templo en ruinas

El viaje al templo del mal elemental fue sin tropiezos, en la tarde los aventureros llegaron al que antes era la villa de Nulb, lugar creado para albergar a piratas, ladrones y miembros del templo del mal elemental ahora solo un pueblo fantasma, los edificios casi en ruinas mostraban el gran deterioro del lugar.

Cansados por el largo viaje, el grupo decide entrar en el edificio más grande y solido la antigua posada del pueblo El hostal de Ribera, dentro el grupo toma un respiro, Tauriel con su curiosidad explora las antiguas habitaciones del hostal encontrando una poción en una de ellas, pero al momento de tocarla un espectro salió por debajo de la cama atacándola con suma ferocidad.

En el piso inferior las cosas no eran mejores, un fantasma de un asesino, asestó un golpe en la espalda de Guts dejándolo al borde de la muerte pero con los conjuros de fuego de Adgamis y la curación de Azgheda lograron sortear la amenaza, pero no podían cantar victoria, Tauriel con la poción en sus manos aparece frente al grupo gritando a todo pulmón ¡CORRÁN! Mientras la criatura espectral la perseguía, la cereza sobre el pastel de problemas fue el retorno del fantasma del asesino quien decidió atacar a la curandera del grupo.

Los héroes sin poder hacer frente a este nuevo mal deciden retirarse, Jon monta a Artax mientras los demás cargan a una desmayada Azgheda, saliendo del hostal un grupo de incorpóreos limita la huida, obligando al grupo a ir en otra dirección, sin más a donde ir, el grupo ve a lo lejos un barco por lo que el grupo decide ir a su única salida, sin embargo al llegar cerca del barco, otro grupo de fantasmas les cierra el paso, completamente acorralados, heridos y sin ninguna posibilidad de salir con vida el grupo se coloca espalda contra espalda desenvainando sus armas y encomendándose a sus dioses empiezan el ataque frente a los seres sobrenaturales.

La historia terminaría aquí con nuestros héroes siendo eliminados por los espectros, pero los dioses actuaron a su favor, un hombre de aspecto fornido vistiendo una armadura negra sale de una casa gritando ¡POR AQUÍ! Mientras levanta su escudo con el que repele a los espectros, el grupo sin dudarlo entra en la casa, Artax por su lado huye del lugar en dirección desconocida.

Dentro de la casa el hombre enciende una lámpara, mostrando su rostro totalmente desfigurado producto de un fuerte golpe se presenta como Lareth el hermoso, antiguo amo de la barbacana del foso, los héroes tras tal revelación desean eliminar el maligno clérigo pero debido a su condición actual deciden esperar y hablar con el hombre.

Lareth el hermoso

Lareth fuera de querer eliminar a los héroes, les pregunta su misión frente al templo del mal y con un hechizo de santuario hace que el grupo baje las armas, Lareth mas que ayudar al templo quiere destruirlo, esto a causa que recientemente descubrió que había sido usado como una marioneta por los soñadores de la perdición sirvientes del dios oscuro Tharizdun y como fiel sirviente de la diosa de las arañas Lolth no puede tolerar tal humillación.

Lareth ayuda al grupo protegiendo a los héroes frente los espectros que inundan el pueblo permitiéndoles descansar en la casa, durante la noche el grupo discute sobre su inesperado aliado y concluyen que a pesar de la obvia malignidad de Lareth su odio frente al templo les puede ser útiles.         

A la mañana siguiente el grupo se despide de Lareth y continúan su camino en dirección al templo del mal elemental en el viaje Jon logra encontrarse nuevamente con su caballo Artax mientras siguen los aventureros notaron como la vegetación y los animales del lugar van siendo más escasos a medida que avanzaban pero aparte de eso el viaje fue tranquilo, al llegar al imponente edificio los aventureros son recibidos por un grupo de grandes trasgos a los que eliminan sin mayor dificultad, entrando a las puertas del templo el grupo es acorralado por una cantidad considerable de trasgos, sin embargo, no son rivales frente a nuestros curtidos héroes, luego de un par de trasgos caídos, los trasgos restantes deciden rendirse y frente a la diplomacia de Azgheda logran hablar con el líder y señor actual del Templo.

El gran trasgo llamado Rarkus escuchó a los héroes mientras acariciaba a su mascota, un poderoso simio terrible, y luego de ver que los héroes querían eliminar a los cultistas que interferían con la estancia de su clan, decidió formar una alianza con ellos, permitiéndoles revisar el lugar y sus alrededores.

El grupo revisó en los pisos inferiores del templo pero no hallaron ninguna pista así que decidieron explorar la zona encontrando un viejo pozo cerca de una casa abandonada, los héroes deciden revisar la casa pero algo mas llama su atención, unas especies de murciélagos se veían revoloteando a lo lejos una especie de panal de tamaño considerable, los murciélagos avistan a nuestros héroes con lo que vuelan con suma rapidez hacia ellos, pero al tener mayor vista a los murciélagos, los aventureros descubrieron que las criaturas no eran simples murciélagos sino que eran una especie de cabezas momificadas con alas de murciélago que se disponían atacarlos.

El grupo al ver tal cantidad de criaturas desenvainaron sus armas y atacaron a las criaturas, mientras Adgamis decidió lanzar una bola de fuego para eliminar el panal pues creía que era el nido de las criaturas, por desgracia todo esto fue un error, puesto que la masa se empezó a mover mostrando una criatura de un solo ojo provisto de múltiples tentáculos, en cuya punta estaba provisto de ojos menores que lanzaban diferentes conjuros, no era necesario ser un sabio para saber que la criatura era un ¡contemplador!

El grupo al verse superado en número y poder decide huir pero Jon es hechizado por uno de los conjuros del contemplador, mientras Guts logra pelear con la bandada de murciélagos, el joven arquero es herido por los múltiples mordiscos de los murciélagos, mientras el contemplador lanza un rayo de petrificación a la druida que se transformó en oso pero la fortaleza de la misma logro superar el conjuro, que de lo contrario quedaría convertida en piedra para siempre.

Adgamis mientras huía lanzaba bolas de fuego a diestra y siniestra en dirección al contemplador, pero su ojo central eliminaba los conjuros una vez llegaban a su alcance, Artax totalmente asustado tumbó a su jinete y emprendió la huida, Tauriel y Guts aprovecharon la carrera del equino para montarse en él y huir del lugar, mientras Azgheda con una garra sacaba a los murciélagos que tenían rodeado a Jon y con su boca lo apreso para huir con él.

Luego de haber sido separados y regresando por el camino en dirección a Hommlet, el grupo pudo encontrarse nuevamente, totalmente asombrados del poder oculto del templo, los aventureros decidieron ir con Rarkus y descansar, pero Jon empezó a sentirse mal, decía que le dolía en extremo la cabeza y mientras se la tocaba un manojo de su propio pelo se le desprendía dejándolo calvo en esa parte, Jon al poco tiempo se desmayó.

El grupo estaba consternado y nadie sabía por lo que estaba pasando, por lo que decidieron regresar a Nulb y preguntarle a Lareth del mal que padecía su amigo, al llegar al pueblo fantasma, el clérigo los recibió y a cambio de unas monedas supo que le estaba pasando: “Fue tocado por el beso del Vargouille” dijo, el grupo no sabía que era eso, pero Lareth les comentó que el beso del Vargouille era la forma de convertir a los seres vivos en las criaturas que vieron anteriormente, solo la luz del día puede prolongar el sufrimiento, pero solo un conjuro de curar enfermedad podría eliminar la maldición, sin tiempo que perder Azgheda montó a Artax llevando consigo a su moribundo hermano en dirección a Hommlet en donde los clérigos de Pelor o St Cuthbert podrían ayudarlo.

¿Conseguirá Azgueda salvar a su hermano?

¿Qué otros peligros habrán en el templo del mal elemental?

Mientras el sol se ocultaba Azgheda preparaba los conjuros de luz de día que había memorizado pensando en el poder abrumador con el que se estaban enfrentando.