Caía la tarde y las luces de las antorchas
empezaban a iluminar el pueblo -Bienvenidos nuevamente a Hommlet- exclama un
tejón de Burne, mientras los aventureros regresan de la ciudad de Verbobonc
después de poder revivir a la picara del grupo la semielfa Tauriel, aunque su
traumática experiencia cambió considerablemente su personalidad, el tenerla
nuevamente entre los vivos confortaba a todo el grupo, en especial a su hermana
Tauriel y al guerrero Guts quien empieza a tener sentimientos por ella,
mientras caminan se podían verlas casas
y los edificios semidestruidos producto de la batalla que tuvieron en contra de
las hordas del templo, mientras veían a muchos lugareños y guerreros gnomos pronto
los aventureros se encontraron con la primera cara conocida, era el bárbaro
Rhaegar quien con su escudero el guerrero Ragnar habían llegado dos días atrás.
-Espero que el viaje fuera mejor que lo que vivimos
en las minas- digo Rhaegar mientras tomaba una cerveza a las afueras de la
bienvenida de la moza, -Por Kord, ¿a quién estoy viendo? La comadreja esta con
nosotros, hahaha, bienvenida flacucha- grito alegremente el semiorco al ver
nuevamente a Tauriel, mientras se levantaba de su cómodo asiento, el bárbaro
quiso celebrar con unas cervezas, el grupo cansado aceptó sin musitar la oferta
y entrando a la posada de la bienvenida de la moza pidieron una mesa a la
posadera Vesta.
-La chica de las plantas se encontraba aquí cuando
llegué, ahora se encuentra en el árbol grande del pueblo, por si quieren hablar
con ella- menciono Rhaegar, el lugar se sentía cálido, todos celebraban
mientras pedían mas rondas de cerveza, la música del bardo Redithidoor era
terrible como siempre, pero esto no importaba, estaban juntos y en paz, todos
querían que el momento durara más ya que sabían con certeza que se avecinaba la
batalla final para todos.
-Adgamis, siento que debemos reunirnos con Azgheda,
¿Dónde está el árbol que mencionó Rhaegar?- mencionó Bartoz a la hechicera, a
lo que ella respondió -No pierdas la paciencia amigo, terminemos esta copa y yo
te acompañaré al lugar, quiero saber que más cosas averiguó Azgheda mientras
estuvimos en el monte- terminaron sus vinos y se levantaron, despidiendo a los
demás y deseando buenas noches, Adgamis y Bartoz se dirigieron a la arboleda.
Al llegar vieron en una completa meditación a su amiga, Yundi el joven druida
la acompañaba en su meditación, no hubo que llamarla cuando Azgheda concentrada
en su meditación dijo -¡Amigos los estaba esperando! cuéntenme ¿Tauriel cómo se
encuentra?, tengo muchas cosas que contarles, mi hermano y Tymerian partieron
hace días al pueblo de Nulb, ellos querían revisar el terreno por nosotros, me
lo dijo la canonesa- el paladín y la
elfa les comentaron las buenas noticias y lo que pasaron en Verbobonc a lo que
la druida sonrió, esta les informa de la batalla de Hommlet y de los salvadores
de los aldeanos, los valientes gnomos del condado de Urnst, también menciona
que Jon se adelantó para investigar la zona en parte, pero también para rescatar
a su tío biológico el capitán de la milicia Elmo, al sorprenderse Adgamis del
secuestro de Elmo, Azgheda explica la fallida incursión del grupo de hommlet
conformado por Elmo, el paladín Xaod, un ángel canarconte convocado por la
canonesa y los líderes de la villa Rufus y Burne, en donde solo pudieron
regresar el paladín con el viejo Rufus severamente lastimado.
-Por lo pronto descansemos, mañana hablaremos con
YDey y partiremos al encuentro de tu hermano- dice Adgamis mientras se levanta
con su cayado, Bartoz también se levanta y juntos regresan a la posada para
recuperar las fuerzas gastadas en el viaje. A la mañana siguiente todos se
dirigen al templo de St Cuthbert en donde Calmer y su viejo compañero el joven
Derrim los saludan, allí hablan con YDey, y comentan el gran peligro vivido en
el templo de la consunción total, y lo cerca que se encuentra el culto de
liberar al dios Tharizdun.
Al comprender el gran peligro que el grupo tenía
que enfrentarse y la ausencia de Terjon, Y´Dey decidió acompañarlos, todos
vieron como la anciana mujer se imbuye con una vitalidad sagrada mientras se
dirigía a su empolvada armadura, mientras todo esto sucedía, la puerta se abrió
de golpe, una joven de cabello corto irrumpe en el lugar -¡YDey Déjame ir al
templo! Puedo rescatar a Elmo y los demás- exclamó la joven a lo que Ydey
respondió -Ingrith, se que estas preocupada y sé que eres hábil, pero esto esta
fuera de tus habilidades, tus puños no podrán contra este problema, lo pudiste
ver cuando el ejercito de ellos nos atacaron con sus gigantes, es mejor que
protejas el pueblo mientras regresa Terjon, Oh pero que son mis modales,
señores, la imprudente es Ingrith y ha sido una aliada en la seguridad de
Hommlet. Ingrith ellos son los aventureros que han podido eliminar el culto del
mal elemental en el templo de Rastor- mientras se realizaban las presentaciones
Adgamis pudo notar que las intenciones de ayuda de Ingrith y de YDey eran más
personales que salvar al pueblo, Ydey por su parte dejo al cuidado del pueblo a
Ingrith y Calmer y con una gran despedida de los tejones de Burne el grupo
partió a Nulb.
Camino a Nulb
Las horas pasan mientras el grupo viajaba en el
sinuoso camino hacia el templo del mal elemental, a lo lejos el grupo vio el
pueblo fantasma donde alguna vez vieron a Lareth, pero algo se encontraba
diferente, cerca del rio se encontraba una fortaleza custodiada por varios
exploradores y guerreros, un nuevo señor había hecho presencia en la zona,
todos se sorprendieron cuando los guardias capturaron por la zona a unos
guerreros que expiaban el lugar, eran dos hombres de armadura oscura y sus
símbolos eran claramente reconocidos, miembros del semidios Iuz el viejo, junto
a ellos los acompañaba un osgo que no se dejaba amedrentar por la clara
desventaja, este ser sin pensarlo dos veces y viendo su muerte próxima
arremetió en contra de los soldados liderados por el mismo Jon quien acompañado
de Tymerian interrogaban a los hombres. Rhaegar en su sed de sangre cargó en
contra del osgo y velozmente de un tajo cortó la espalda de la criatura, los
otros hombres se desplomaron en el suelo y pidieron clemencia contando el plan
de Iuz de investigar el templo, lugar que en antaño ayudó a construir junto con
Zuggtmoy, Guts los intimidó de tal forma que uno de ellos mencionó de un viejo
pozo que servía como entrada secreta al templo, el líder Jon decidió dejarlos
ir, pero Rhaegar quiso saber un poco mas de lo que sabían y agarrándolos del
cuello a los hombres preguntó. – Oye Jon, tiempo sin verte, ¿este es tu
castillo? – Jon asintió – bueno Jon verás… necesito hablar con estos puercos y
tu castillo es el lugar perfecto para sentarme a charlar, y que nos cuenten lo
que necesitamos prometo no dañarte nada, ¿Qué te parece?- Jon sin decir palabra
le indica la primera puerta de la torre y Rhaegar alegremente va allá empujando
a los hombres.

Luego de una hora de gritos y agonía para los
guerreros de Iuz, Rhaegar sale del lugar con noticias, resulta que el movimiento
del culto es mas visible para todos incluso para los dioses como Iuz, Hextor o
Vecna, por lo que Iuz mando a su grupo a investigar y de ser posible aliarse
con los miembros del culto, para eso antes envió a una hechicera conocida como
Telena a Hommlet a espiar, YDey reaccionó: -Telena, claro que la conozco, es
una cocinera un tanto chismosa pero nada peligrosa, no sabía que fuera una
espía, vaya vaya, menos mal que no tenemos de que preocuparnos, Telena murió en
el ataque del pueblo, ¡claro! tiene sentido ahora pues me pareció raro que
aparte de la milicia y del preso que teníamos por el incendio del molino, solo
ella estuviera en las bajas… tal parece que el culto del ojo elemental arcano
no desea compartir poder-
Nuevamente el grupo reunido comparten información,
Jon menciona de la presencia de gigantes de piedra en la zona y varias huestes
de grandes trasgos en el lugar, el pueblo por estar maldito no se han atrevido
a investigar, Ydey decide ayudar a Jon a establecer una comunidad y con su poder
divino empieza a expulsar la muerte, el mal y los espíritus de los diferentes
edificios del pueblo, la posada, las calles y el barco que se encontraba
atracado en el muelle, todos notaron una cierta tristeza en su rostro cuando
YDey pasó por la herrería abandonada del pueblo, mientras se dirigía al
edificio donde estaba Lareth -Bien este es el ultimo edificio, es curioso,
jamás creí volver a este lugar donde viví con Murfles- -¿Murfles?- pregunto Jon mientras acompañaba a
la canonesa al interior de la antigua herboristería. -Ella era una antigua
compañera de los que destruimos el templo del mal la segunda vez que se alzó,
con ella espiábamos las actividades del templo en esos tiempos bajo las
apariencias de dos ancianas herbolarias- musito YDey. -¿Podrías contarme de
eso? Hace poco descubrí por Terjon que mi padre, mi verdadero padre, fue uno de
los aventureros que se enfrentó al templo y murió por ello, tú lo debiste
conocer, su nombre era Otis, es por eso que quiero entrar al templo, debo
vengar la muerte de mi padre y rescatar a Elmo quien según tengo entendido es
hermano de Otis, es decir mi tío-
YDey con lagrimas en sus ojos le pide a todos los
presentes que se sienten mientras contó sin descanso de todos los eventos de
hace veinticinco años en la batalla de los prados de Emridy, y los sucesos de
hace nueve años, de como Otis estaba de incognito siendo el herrero de Nulb en
esos días mientras ella era la herbolaria Screng, junto con Elmo, Murfles y
otros aventureros destruyeron el orbe de la muerte dorada mientras se
enfrentaban a la misma diosa Zuggtmoy, en el proceso varias vidas se perdieron,
entre ellas el explorador Otis.
Tauriel sintió un recorrido de escalofrío por la
espalda cuando Ydey mencionó el orbe y sin que nadie lo notara ojeó el orbe de
la muerte plateada el cual sintió que le devolvió la mirada, Adgamis por su
parte reconoció la tristeza en el rostro de YDey, en especial cuando mencionaba
a Otis, pero también vio algo curioso entre ella y Jon, sus expresiones eran
muy similares, absorta en sus pensamientos Adgamis no se percató cuando uno de
los guardias irrumpió en el edificio informando la destrucción de una gelatina
ocre en el barco y pidiéndole a su líder Jon del regreso a la fortaleza para su
descanso, el tiempo había pasado como paginas de un libro, y el grupo se
encontraba cansado, Jon ordenó alistar habitaciones para todos y el grupo se
dispuso a pasar la noche.
A la mañana siguiente el grupo se levantó y luego
de un gran desayuno se dispusieron a continuar su viaje, estaban indecisos de
por donde entrar al templo, si por la puerta principal y encontrar al líder de
los trasgos Rarkus, o pasar secretamente por el supuesto pozo mencionado por el
soldado de Iuz, viéndose con tantos aliados, terminaron por ir directamente a
las puertas del templo, ordenando a sus guardias vigilar la zona Jon y el grupo
parten al templo.
Templo del mal elemental

Llegando al templo los aventureros Bartoz montado
en su caballo Darko, Guts, las hermanas Tauriel y Adgamis, Rhaegar y su
escudero Ragnar, Ydey, Jon con su caballos Shadow, Azgheda y su águila gigante
Gwaihir y la recién incorporada maga Tymerian, divisaron el enorme edificio de
color grisáceo en el extenso campo de arboles secos, a su encuentro una
emboscada de flechas fueron lanzadas al grupo mientras los perros salvajes que
cuidaban el lugar ladraron amedrantando a todos. -¡No ataquen a los perros!-
Bramó Azgheda mientras se convertía en su forma de oso terrible, Tauriel y
Tymerian avanzaron ante las flechas y con sus estoques atravesaban los cuerpos
de los trasgos que se encontraban escondidos en los escombros del templo. De
repente las puertas es abrieron y los grandes trasgos lanzaron su ofensiva,
Adgamis desgarró la tierra para deshacerse de las molestias, Guts y Rhaegar se
lanzaron al frente en contra de los múltiples enemigos que salían por la puerta
principal, de repente Bartoz a lomos de su montura saltaron los escombros
internándose en la oscuridad del templo, Jon, Ragnar e Y´Dey se quedaron en la
retaguardia, eliminando a los rezagados.
Poco pudieron hacer la avanzada de trasgos quienes
en su desesperación tocaron el cuerno de guerra, que fue respondido por un
grito de guerra de más grandes trasgos del interior acompañados de su fiera
bestia de batalla un simio terrible, Bartoz mientras cercenaba cabezas le aviso
a Adgamis, quien con una bola de fuego elimino por completo al grueso del
ejército, permitiendo a los guerreros internarse más en el lugar.

Allí en su interior Azgheda, Adgamis, Tymerian e
Y´Dey iluminaron el lugar con sus conjuros de luz, en el interior se
encontraban pocos trasgos quienes luego de la bola de fuego quedaron totalmente
asustados, uno de los trasgos sobrevivientes vio a los aventureros quien los
reconoció de inmediato. -Ustedes son los humanos que hicieron el trato con
nuestro jefe, ¡Por favor sálvenlo!- dijo
el ser. El grupo supo por las palabras de la criatura que Rurkus fue capturado
por el culto obligando así al clan a cumplir las órdenes del culto defendiendo
el templo y atacando a Hommlet junto con los ogros y los gigantes de piedra,
mientras tanto, Adgamis pudo escuchar como unos fuertes latigazos eran azotados
y gritos se escuchaban al fondo dando un ligero eco en el templo, los aventureros
decidieron continuar encontrando al mismo Rarkus custodiado por sus propios guardias
y siendo azotado por una súcubo sentada en el trono del templo, la mujer
demonio con una risa maliciosa les dijo – los esperaba hace rato que me aburría
de este juego con el trasgo, y me preguntaba quienes serían los intrusos que
alertaron a mis esbirros – mientras que en la mente de los aventureros se
escuchaba “Espero que me proporcionen una grandiosa diversión antes de que
mueran” Rhaegar no perdió el tiempo y se lanzó al ataque pero uno de los
trasgos lo detuvo cayendo juntos al suelo, la súcubo se alegró y con una risa malévola
mando al resto de guardias a eliminar a los personajes, Azgheda lanzó su
conjuro de estacas de roble en contra de la demonio impactando dos de ellas,
sin embargo el aura impía del ser evitó el mayor daño, pero justo cuando la
demonio iba a lanzar sus conjuros, Tauriel quien se encontraba invisible y
protegida del escudriñamiento logra asestar una daga en su contra haciendo un
fuerte daño, la súcubo gritó con tal fuerza que alertó a mas trasgos que se
acercaron al lugar sin embargo no atacaron pues vieron que con rabia en sus
ojos la súcubo maldecía a Tauriel mientras desaparecía del lugar.
Todo ha acabado y Rarkus es liberado, los trasgos
lanzan un grito de felicidad mientras su líder es curado por Y´Dey, el gran
trasgo agradece y recrimina la tardanza de su ayuda, el grupo pregunta por la situación
a lo que el líder trasgo afirma – Mientras reunía a mas hombres para mi ejército,
apareció un ejercito de ogros comandado por la mujer demonio, mi grupo dio una
fuerte batalla contra ellos pero fuimos doblegados cuando el siguiente ejercito
llegó… no fuimos nada cuando los gigantes de piedra comandados por uno mas
grande y cornudo al que llaman Dein nos atacaron, muchos de mis hombre murieron
lo peor fue cuando las mujeres, los ancianos y los niños fueron capturados,
tuve que ceder mi puesto y dejar a los sobrevivientes a su servicio, pero es
claro que su suerte se ha acabado ya que ustedes están aquí, ahora debo
pedirles lo siguiente… mi pueblo ha sufrido por habernos aliado con ustedes,
por lo que tienen una deuda con nosotros, salven a mi clan y nosotros dejaremos
este lugar- El grupo averigua de Rarkus la entrada a los niveles inferiores del
templo oculta en una torre cerca del templo así como del estado de los amigos
capturados por el templo, ya luego de eliminar unas ratas en una habitación Jon
revisa los rastros del lugar confirmando la existencia de un fuerte ejercito de
ogros y gigantes de piedra en su interior.