Con
la tensión de ser atrapados y sin reservas en su arsenal, el grupo idea un plan
para no ser capturados, en primer lugar gracias la información de Varachan,
Adgamis se disfraza con su varita de cambio de aspecto como Satau, el
azotamentes oráculo del templo, y posteriormente se teletransportaron al cuarto
de Varachan con los palos de refugio, uno de los objetos mágicos que el ex
clérigo les dio a nuestros héroes. Su plan consistía en mostrar a los enemigos
que tenían al oráculo de ellos como rehén para evitar un derramamiento de
sangre, un excelente plan si me lo preguntaban.
Al
llegar a la lujosa habitación, nuestros aventureros vieron que el lugar se
encontraba desocupado, al rastrear las huellas de Varachan se noto que la
captura no aconteció en este lugar, aunque curiosamente dos tipos de huellas se
encontraban en el lugar una de ellas de un humano, además Tauriel encontró una
puerta secreta que conducía a una curiosa habitación en donde alguien podría
haber vivido humildemente, posiblemente el propio Varachan, sin embargo,
Rhaegar escucho a las afueras de la habitación y se dio cuenta de los rugidos
de Ogros y otros seres cerca, el grupo decide ejecutar su plan, no sin antes
Adgamis volver invisible a Tauriel pos si las cosas se llegaban a complicar.
Al
salir, el grupo fue abordado inmediatamente con una pequeña incursión compuesta
por tres ogros, un par de drows (un hombre y una mujer) siendo liderados por la
clériga del templo Naquent quien tenia en su poder al elfo aliado.

Con
el plan fallido, solo se podía dar paso a la acción, Adgamis lanza el conjuro
de desgarrar la tierra con la posibilidad que las tropas quedaran tumbados en
el suelo y poder sacar a Varachan del peligro, sin embargo tanto los drow como
Naquent no resultaron afectados, Azgheda, Guts y Rhaegar luchan contra los
ogros, mientras Tauriel en su forma invisible prepara su ataque mortal en
contra de la drow mujer, mientras Jon lanza múltiples flechas sobre Naquent hiriendo
considerablemente a la clérigo.
El
drow macho, prepara un conjuro de piel pétrea sobre el, dando a conocer que era
un poderoso mago, mientras Naquent en su locura y rabia totalmente enceguecida degolló la garganta de Varachan y se prepara al ataque convocando un glotón terrible,
la Drow femenina intenta doblegar mentalmente a Guts, pero con sus nuevas
habilidades, el guerrero es inmune a sus conjuros, Tauriel aprovecha este
momento y golpea con su estoque a la mujer, atravesando su pecho mientras se volvía otra vez visible, las ultimas palabras de la mujer fueron: “¡Te maldigo
maldita niña!” Tauriel creía que se refería a ella pero los ojos de la drow se
fijaban a Naquent quien con risa burlona miraba a la drow despectivamente.
Mientras caía al suelo la drow susurró “Nos engañaste, dijiste que si luchábamos a tu
lado, nos dirías donde se encontraba nuestro hijo Lareth” cayendo al suelo sin
vida, Naquent sacó un pergamino y con una risa emitida solo por los seres
desprovistos de cordura lanza un conjuro de destrucción sobre Jon, inspirado
el arquero logra sobrevivir al ataque aunque con múltiples daños.
Loca
de rabia por su fallido ataque Naquent ordena al drow eliminar a los
aventureros, pero el hombre más de ayudar a Naquent busco venganza por la
muerte de su compañera y lanzando un fuerte rayo relampagueante matando en el
acto a todo lo que se cruzara en el camino.
Al
paso del rayo mueren Naquent y el ogro que aun quedaba con vida, e hiriendo a
Guts, Rhaegar y Adgamis quien con el gran daño de electricidad que sufrió cayo inconsciente, lamentablemente su familiar se encontraba también en la línea de
fuego y el daño fue tal que calcinó totalmente a la serpiente muriendo en el
acto.
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Naquent muriendo producto del rayo relampaguenate |
Quedando
solo el drow y la bestia convocada, Jon elimina al glotón terrible mientras Azgheda intenta
convencer sin éxito al drow que se rindiera, pero el solo quería matar a la
asesina de su aliada, Azgheda sin mas opción convoca unas espinas que se las
lanza al rostro del mago insertándoselas en los ojos y terminando con su vida.
La
lucha terminó con una victoria amarga y con la muerte de un amigo, Rhaegar se
acerca a Adgamis y con sus pociones cura a la hechicera, pero mientras eso ocurría, las tropas convocadas por Naquent se acercaban, varios sonidos de
aleteos de alas de murciélago se oían acercarse por el norte donde estaban
Rhaegar, Jon, Azgheda y una debilitada Adgamis, mientras en la parte sur Guts y
Tauriel se estremecieron ante el imponente rugido que no escuchaban desde el
asalto al templo del fuego ¡Un dragón!